Día Mundial del Tango
Por Ruben Serna
Y que importa mucho -contrario al dejo de desengaño de Gardel- ya que celebramos un año más de vida del más que centenario tango.
El 11 de diciembre ha sido tomado por los tangueros del mundo como el Día Internacional del Tango. Y no es una festividad producto de una ley que obligue al mundo a celebrar, sino el efusivo seguimiento del decretado Día Nacional del Tango en Argentina.
El 11 de diciembre de 1965, cuenta la historia, al dirigirse Ben Molar a la casa de Julio de Caro a celebrar sus cumpleaños, concluyó con sorpresa que también era el día del nacimiento de Carlos Gardel. A partir de ese momento promovió entre todo el gremio cultor del tango en todas sus áreas de Bs As, la solicitud de declaratoria del 11 de diciembre como el día nacional del tango.
Y aunque son tiempos de olvido, de rock y de Beatles, cuentan que no ceso en su empeño, que tuvo un aliento de 12 años, hasta que mediante el Decreto Nacional n.º 3781 de 1977, el tango tuvo su Día Nacional en la Argentina.
El que la UNESCO en el 2009 hubiera declarado que el tango es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, fue realmente un pálido reconocimiento a la realidad arrolladora de que el tango ya era Patrimonio del Mundo. Y lo sigue siendo cada vez con mayor fuerza ante la urgente necesidad de un abrazo que no puede ser reemplazado por tabletas y celulares.
El turismo del tango que desbordó a Buenos Aires y ahora se da alrededor del mundo, busca milongas, conciertos, orquestas y bandoneones en la aldea común. Antes de que el mundo tuviera si quiera noción del concepto de globalización, el Tango, ya se había globalizado. Y antes que extrañarnos, para todos es apenas esperable que en un crucero, en un complejo turístico o en los barrios viejos de Europa y América Latina, así como en diversos sitios de Asia y América del Norte, haya milongas, espectáculos de tango, bailarines, clases, orquestas, y de cualquier manera, su majestad El Tango.
Disfrutemos, aprovechemos que estamos vivos, y que el centenario tango más que nunca, y celebremos este 11 de diciembre a la luz de un tango. ¡Un año más que importa!